Gestión emocional en nuestra vida diaria

Mujer sonriendo hacia la cámara

Monica Jacquelin Silva Cordero

06/10/2024

En nuestra vida diaria, la gestión de las emociones es una habilidad crucial para mantener un equilibrio y una buena calidad de vida. La inteligencia emocional no es solo un concepto teórico, sino una práctica esencial para manejar los procesos emocionales que experimentamos a diario. La forma en que gestionamos nuestras emociones determina, en gran medida, cómo percibimos nuestra vida y nuestro entorno.

Calidad de Vida y Percepción Emocional

La calidad de vida no es solo una cuestión de circunstancias externas, sino también de nuestra percepción subjetiva y emocional de esas circunstancias. ¿Cómo percibimos nuestro entorno y a nosotros mismos? Mucho depende de cómo gestionamos nuestras emociones.

Podemos comparar la gestión emocional con la administración de nuestras finanzas. Si tenemos dinero pero no sabemos administrarlo, es probable que enfrentemos problemas como deudas, gastos innecesarios y conflictos financieros. Del mismo modo, si no sabemos manejar nuestras emociones, podemos encontrarnos en situaciones de estrés, ansiedad y malestar constante. Por otro lado, si aprendemos a manejar nuestras finanzas de manera efectiva, podemos ahorrar, invertir y vivir con una mayor sensación de seguridad y bienestar. Lo mismo ocurre con nuestras emociones: al gestionarlas adecuadamente, podemos mejorar nuestra calidad de vida.

Emociones como Energía

Las emociones son como un sistema de energía interna que, dependiendo de cómo lo administremos, puede mejorar o empeorar nuestra calidad de vida. Aprender a controlar y gestionar nuestras emociones es crucial para vivir una vida más equilibrada y satisfactoria.

Cuando experimentamos emociones negativas, estas suelen ser señales de que algo en nuestra vida necesita cambiar. Si no nos sentimos bien, es un indicio de que hay algo que debemos modificar. En lugar de ignorar estas emociones, es importante preguntarnos: “¿Qué puedo hacer para no sentirme así? ¿Cómo puedo gestionar mejor esta situación?”

Aunque comúnmente se dice que "en el corazón no se manda", lo cierto es que, en cierto grado, sí podemos controlar nuestras emociones.

Herramientas para la Gestión Emocional: Pensamientos y Acciones

Para gestionar nuestras emociones de manera efectiva, contamos con dos herramientas clave: los pensamientos y las acciones. Estos son como la palanca y el volante que nos permiten dirigirnos hacia donde queremos ir.

Por ejemplo, digamos que estás teniendo pensamientos negativos sobre ti mismo o sobre los demás. Estos pensamientos generan emociones negativas, como angustia o ansiedad. Pero, la buena noticia es que los pensamientos pueden ser redirigidos. Así como puedes pensar en una fruta si alguien te lo pide, también puedes dirigir tus pensamientos hacia algo más positivo o constructivo. Aprender a dirigir tus pensamientos te permitirá, a su vez, dirigir tus emociones.

Nuestras acciones también juegan un papel fundamental en la gestión emocional. Cuando queremos modificar una emoción, a menudo es necesario cambiar nuestra actitud, nuestras acciones o incluso nuestra postura corporal. Las emociones pueden ser el motor que impulsa nuestras acciones: si te sientes mal, levántate y haz algo al respecto. Cambia tu entorno, toma nuevas decisiones, o simplemente dirígete hacia una dirección diferente.

Conclusión

Gestionar nuestras emociones no es un proceso automático, pero es una habilidad que podemos desarrollar con práctica. Si aprendemos a pensar y actuar de manera consciente, podemos transformar nuestras emociones negativas en oportunidades para el crecimiento personal. Recuerda: si no se siente bien, no está bien. Es momento de pensar de manera diferente o de hacer algo distinto. La clave está en no dejar que nuestras emociones dicten nuestra vida, sino en aprender a manejarlas para vivir de manera más plena y feliz.